M aquí, y allá… allá N por ahí ¿Eh? Ah, sí. Heme aquí tratando de escribir un nuevo post, pero a medida que más y más recabo en mis recuerdos, anécdotas y demás, me voy dando cuenta le hace falta un poco más de emoción a este viaje en mulita por las calles de Las Vegas llamada “vida”, y de la cual debo hacerme cargo.
Entonces comencé a cavilar sobre tópicos que podrían ser un tanto comunes entre algunos lectores. De esa manera fui anotando posibles títulos.
LA NOCHE EN QUE NO LA PUSE
LA AVENTURA MÁS GRANDE DE LA VIDA
El día que sobreviví encerrado en la ofi por 3 horas. Sin comida y sin agua.
DIAS DE NOSTALGIA
Revisando mi cartucho de Pokémon Yellow, viendo los bichos que atrapé y las ciudades que recorrí.
LA BATALLA FINAL (¿?)
La dieta y los ejercicios que nunca hice y debería de hacer.
Al ver que este método no funcionaría, decidí revisar fotos y así poder recordar alguna anécdota perdida por allí, para así poder convencerme de que la vida no es solamente la que tienen los famosos y que todos estos años fueron invertidos y no puestos en una caja de ahorro sin intereses y en un banco quebrado.
Lindos pibes con quienes reunirse |
Y ahí nomás estaba ella, hermosa como ella sola. Al sólo ver la foto podía sentir su suave perfume, sentir la frescura de su piel, recordar la profunda mirada de esos enormes ojos, ella sentada en la mesa del pupitre, su cabello iluminado en ese contraluz generado por la luz que entraba por la ventana del aula, y yo mirándola desde abajo, sentado en la silla, embobado ante tanta belleza. Me fui al carajo.
Un peligro para tu vida sexual y sentimental |
Estando en clases, me di cuenta que pude haber dicho algo más inteligente que “Mejor huyamos por la izquierda”, algo como “¿En serio? A mi también me pasa lo mismo, ¿qué te parece si hacemos algo al respecto?”, pero no. Entonces comencé a darme de topetazos contra el banco. La profe de física, que se hallaba dando clases en ese momento, detiene su explicación para decir “¿Le parece muy complicada la lección, señor Gómez?”. Todo el curso ríe por lo bajo. “Es que nunca aprendo” dije en voz alta. El curso ríe por lo medio. “¡Ah! Supongo que si prestara atención sería más fácil” dice la profe. “¡¿Atención a qué?!” grité desesperado en medio de la clase. El curso ríe por lo alto (cago de risa). Queda de más decir que me gané un ticket directo a la dirección por “irrespetar a la profesora en clase”.
De alguna forma, esa “conversación” con la profesora en clases se me quedó grabada inconscientemente, y decidí prestar más atención. A qué prestar atención era la gran incógnita. Comencé a observarla, a ver lo que hacía, con quienes se juntaba, trate de determinar que le gustaba, a donde iba, un perfecto stalker. Lo malo es que nada eso me sirvió, pues tengo tanta vocación de encarar a una mina como Mike Tyson para hacer manualidades. En las escuchas que realizaba ocultándome bajo las escaleras donde se quedaba a hablar con Sarah, escuché que mencionaba mucho a un tal Sebastián. “Sebastián tiene buen gusto. Sebastián sabe lo que una quiere. Sebastián esto, Sebastián aquello”. ¡¡Sebastián mis polainas!! ¿Quién diablos era ese Sebastián? Al notar demasiado interés de ella en este personaje sentí con que mi corazón se convertía en una uva pasa, miré hacia el cielo para preguntar al altísimo algo que al final no supe que era, pues fui interrumpido por la profe de Física que pasa por ahí, y al verme me dijo “¿Está interesante el panorama desde ahí abajo? Viendo que estaba bajo la escalera mirando hacia arriba supuso que estaba mironeando debajo de las polleras de las compañeras que pasaban. Segundo viaje a la dirección.
Algunos no saben que lo son |
Algo asi funcionaba |
Pero eso ya no volvería a pasar, no señor. Cuando había tareas ella se me acercaba a pedir que le explicara la lección, ¡claro, el estudioso le dará todos los trucos para que ella no haga esfuerzo! ¡Anda pedile a Sebastián! A la salida, como era tarde me pedía que la acompañara hasta la parada a donde nadie más iba, ¡claro, el embobado se arriesgaría a ir solo con ella por más que ahí no pase su bus! ¡Anda pedile a Sebastián! Cuando había trabajos prácticos que tenían que hacer juntos, ella me decía que vaya a su casa y que estaríamos tranquilos, porque ni su papá ni su mamá estarían, ¡claro! soy yo quien debe hacer el esfuerzo de ir hasta su casa que queda en la loma del quinoto y no e… un momento… fuck…
La actitud de evitación no duró mucho. Se acercaba ya el final del colegio y comenzaba a desesperarme basándome en el hecho de que podría no volver a verla (estoy hablando de una época en la que el celular era para pocos y ni siquiera el Orkut existía todavía… oh, si… que precaria época la nuestra). Una de las últimas oportunidades que tenía para verla fue en una fiesta que se organizó en la casa de un compañero. Era una de las últimas chances, era al todo o nada.
Oh! she's so hot! fap fap fap |
Conseguir ropa para fiesta fue toda una misión. Todas mis ropas son remeras de grupos de antes o con motivos de videojuegos, vaqueros desgastados, etc. Pedí socorro a mi hermano, que si tiene más experiencia en el ramo. Lo malo es que con lo desfachatado que es, no le quedaba ninguna ropa limpia, y lo único que tenía a mano era una camisa ajustada al cuerpo, color rosado. “Estás loco” le dije “¡Naaaah! Man, con esto levantas más que Ricky Martin” (eran otras épocas). Me puse la camisa (todo un chorizito) y salí raudamente.
Ni bien llegué, el dueño de casa se extrañó porque haya ido. Pasé a la sala y veía como unos compañeros se movían como monos epilépticos detrás de las compañeras al ritmo de “Mayonesa, ella me bate como haciendo mayonesa”. Nada de ello me importaba, sólo quería encontrarla a Jazmín. A medida que avanzaba, sorteando latitas de cerveza vacías, globos y algún que otro vómito, siento que alguien me ataja del hombro. Volteo y me encuentro cara a cara con un pibe que me dice “¿Qué hacés, lindo? Nunca te había visto por acá…” (hoy día tiene mucho sentido lo de “levantar más que Ricky Martin”) Sin saber que hacer, le digo “Eeeeesssteeeee… me voy al baño”, y desaparezco entre la gente.
Algo así era Sarah... bueno, no... pero podría ser |
Al salir de nuevo hacia la sala, veo una multitud de personas, gente bailando, tipos echando cerveza por sus narices tras un fondo blanco, chicas haciendo el baile de la botella, una de ellas sentándose sobre la botella y al pararse se la llevaba puesta, un enano echándome una mirada diabólica, señalándome y teniendo en su mano un tarro de gasoil, tipos haciendo break dance, el pibe que me había atajado antes haciéndome ojito. Pero no la veía a Jazmín.
Ejemplar del típico amigo gay |
Jazmín me contó todos sus dramas, sus problemas con su ex novio quien vino a fastidiarla en la fiesta. Como todo amigo, la escuché atentamente, le di consejos, en fin. Estuvimos charlando largo y tendido… y yo en medio de todo eso, me olvidé de lo que en realidad quería decirle. Ya cuando se comenzó a sentir mejor me abrazó y me dijo “Sos el mejor amigo que podría tener, quisiera varios como vos”. Yo la abracé y ahí recordé a que había ido a la fiesta, pero ya era tarde, ya me hice con el estandarte de amigoconelquenuncadelosjamasesvaapasaralgoparaevitarfundirlaamistad. Un tanto bajoneado y confundido le digo que entraría de nuevo a la fiesta, si es que no le era problema. Ella me miro extrañada y dijo que no había problema.
Estaba con la cabeza dada vueltas y de alguna manera no quería salir perdiendo de esa fiesta. Decidí buscarla a Sarah, pero al llegar al cuarto la veo en medio de un sándwich con unos pibes que eran hermanos gemelos. Ella les decía “¡Uy, pero me voy a confundir! ¿Quién es quién?”, ellos le respondieron “¿Qué importa?” y se cagaron de la risa. Salí de nuevo a la sala para ver como perseguían a la chica que tenía la botella atorada en el… no sé. Y ahí se me acerca Jazmín con el pibe amanerado y me dice ella “Creo que no los he presentado, el es Sebastián, uno de mis mejores amigos”. Sebastián, comiéndome con la mirada me dice “Al fin nos presentaron, guapo”. Yo, que a esa altura estaba más quemado que Judas Kai después de las doce, solo atiné a decir “Mejor huyamos por la izquierda”.
Si querés levantarle a una mina, nunca te hagas su amigo antes de exponerle lo que sentís por ella. Si lo hacés podés seguir intentándolo, pero es como jugar en modo “hard”.